domingo, 27 de septiembre de 2009

OTOÑO

Las nubes acorralan al cielo azul,
y nosotros nos miramos con altaneria.
Me retas y te reto,
en una silenciosa conversación
interrumpida por un sonoro trueno
y la irrupción de tu lengua en mi boca.

Se inicia la tormenta,
mis manos se abalanzan sober tu cuerpo,
te exploran, te descubren y revelan.
No se queda atrás mi boca ávida.

La lluvia descarga sobre la tierra.

Eres un buen contrincante para esta pelea.

La tormenta llega al climax,
nosotros nos abandonamos al mullido colchón,
cansados, las manos quietas, los cuerpos sudorosos.

En el duermevela,
no percibo el sonido de las gotas golpeando contra el cristal.

La lluvia ha dejado de caer.
Ya no hay tormenta

1 comentario:

abulico dijo...

Como me gustan esas tormentas!!

Besotessss!!!