jueves, 27 de diciembre de 2007

Pedro

Hace poco conocí a Pedro, la edad no importa porque a partir de ciertos momentos el preguntar la edad a alguien se convierte en un signo de mala educación.

Pedro es un señor entrañable, que ante todo se dedica a vivir la vida pues a sus años ha descubierto, que lo más importante es vivir bien. Así considera irresponsables a las personas que no se cuidan, que fuman, que beben en exceso… pero lo que no comprende es a las personas que aman a los perros más que a las propios seres humanos.

Con un deje de reproche en su voz y de tristeza señala que así, son sus hijas, aman más a los perros que a su propio padre. Y en ese momento no puedo evitar el ponerme triste, pues su mirada se opaca, durante un momento, después mueve la cabeza como queriendo eliminar los malos pensamientos, y nuestra conversación continua por otros derroteros.
Le veo marcharse con paso ligero y corto, murmurando palabras entre dientes.

NAVIDAD07

En estas fechas el centro de Madrid esta abarrotado de gente. Son una especie de masa uniforme que se mueve de manera programada. Miles de personas haciendo lo mismo, pensado lo mismo, quejandose de lo mismo.

Cual borregos nos movemos por un decorado añejo,en el cual miles de historias se entrecruzan... la de dos ancianos que se acarician en un vagón de metro, en silencio y ante los ojos de espanto de todos aquellos que nos percatamos, niños que se pierden en la multitud, enamorados que pasean de la mano y a los cuales el mundo se limita a las fronteras de las formas del otro.Y más allá de esas fronteras el mundo ignoto de la ausencia.

Por desgracia estas fechas están marcadas por las ausencias, algunas irremediables, otras subsanables, es por eso que en esta fechas te reunes con los amigos, con excusas y pretextos para celebrar... por ejemplo que la vida continua.

Otras cosas

A veces las personas mas inesperadas te dan lecciones que no esperas, como persona te hacen replantearte la vida, por eso hay que escuchar mas a los demás para poder escucharse a uno mismo, de igual manera que hay que quererse a uno mismo para querer a los demás