Inseguridad,
gran tirana y dictadora,
que distorsiona el mundo a su antojo.
Le encanta infundir miedo.
Se siente amenazada
por esas timidas sonrisasque asoman a mis labios.
La muy cobarde
abandono a mi tristeza
a su suerte pues llena de inseguridad,
salio huyendo
cuando vio un atisbo de recuperación.
Pero no me engaña,
aguarda sigilosa,
a que algo ocurra,
para de nuevo
volver a instalarse en mi corazón.
1 comentario:
No hay que permitir que la inseguridad se apodere de nosotros. A pesar de eso te digo que soy muy inseguro...
Por eso no me gusta que la gente lo sea, porque se como se siente uno cuando lo es.
Besos!!!!
Publicar un comentario